A Sola Sierra, In Memoriam

Nuestro calendario nacional parece un gran cementerio. Está poblado de cruces rojas. 1° de Abril asesinato de Lautaro; 21 de Diciembre Matanza de Sta. María de Iquique; 5 de Septiembre Matanza del Seguro Obrero; 11 de Septiembre Golpe de Estado; 6 de Junio Día Nacional contra la Tortura; 25 de Junio detención de Carlos Lorca; 2 de Julio asesinato de Patricio Sobarzo; 5 de Octubre muerte de Miguel Enríquez; 15 y 16 de Junio Matanza de Corpus Christi; 29 de Marzo asesinato de los hermanos Vergara Toledo; 29 de Marzo degollamiento a tres profesionales comunistas; y así las fechas luctuosas se pierden en los ecos de la pólvora, metralla, sangre, esquirlas que se incrustan en nuestra memoria.

Hay un día, eso sí, vigente como ningún otro. Un día de dolor y duelo. No se trata de una fecha pretérita. Es el día Nacional del Detenido Desaparecido. 30 de Agosto. A diferencia de las otras fechas que pasan a formar parte de la historia. Por tanto incorporadas en libros, textos, memoriales y monumentos. Fechas transformadas en olvido. El día Nacional del detenido Desaparecido es letra viva, es memoria presente y abierta. Es una herida en el corazón de Chile. ¿Dónde están? Vivos se los llevaron, Vivos los queremos. En esto no tranzo. “No son sólo memoria. Son vida abierta, son camino que empieza.. Y que nos llama.” Jamás dejaré de preguntarme, interpelar, buscar a esos miles de chilenos y chilenas, incluso menores de edad, que fueron secuestrados, sacados de sus casas y hechos desaparecer. “¿Cómo se le habla a un desaparecido? Con la emoción apretando por dentro” dice Rubén Blades en su canción.

Jurídicamente el secuestro y desaparición se considera un delito de ejecución permanente, mientras no aparezca la persona, ya sea viva o muerta. Mientras no se encuentren sus restos. Esta figura jurídica suena fría. Es mas, algunos pretenden negarla. Con eso quieren negar, primero, el crimen y, segundo, negar la existencia de un hecho doloroso en la vida de una familia. Un hecho traumático en la vida de un país. Somos una patria enlutada aunque la pintemos como un arco iris.

Hace poco se anunció la Campaña de Prevención de Accidentes de Tránsito. Los accidentes de tránsito causan, anualmente, gran número de muertes en Chile. El eslogan de dicha campaña es “Aún Te Espero” Es lo mismo que, por décadas, han vivido cientos de familias en Chile. Aún esperan el regreso de un hijo, de un padre, de una hermana, de un familiar, un amigo. Vivos se los llevaron. Vivos los quieren de regreso. Conozco casos dramáticos de padres que, a pesar de los años transcurridos, en un humano y supremo gesto de esperanza, de conmovedora fidelidad amorosa, no han cambiado la habitación del ausente, han conservado la ropa, la taza donde tomaba el café de las mañanas. ¿Se podría pedir, acaso, otra conducta? ¿Puede una sociedad pedirles a las víctimas que olviden a sus seres queridos, pedirles “que los entierren”? Mi respuesta es no! Sus familiares y sus compañeros no sabemos donde están para darles la sepultura conforme a sus convicciones de fe. “Nadie les ha explicado con certeza/ si ya se fueron o sino/ si son pancartas o temblores/ sobrevivientes o responsos.”

Es éste un día para la reflexión, para acercarnos a ese pozo profundo de dolor que existe en Chile. Atrevernos a mirar en esas aguas formadas por las lágrimas de las madres dolientes. La Desaparición Forzada de Personas, por su gravedad, se considera como un “crimen de lesa humanidad”, además del prisma jurídico es un hecho social conmovedor. Reafirmemos, en este día, continuar inclaudicables hasta encontrarlos. Como lo escribió Benedetti “están en algún sitio/ nube o tumba están en algún sitio/ estoy seguro allá en el sur del alma es posible que hayan extraviado la brújula y hoy vaguen preguntando preguntando dónde carajo queda el buen amor porque vienen del odio” 30 de Agosto, el día entero. No lo olvides! ¡No los olvides!

Rodrigo De Los Reyes Recabarren

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